El Lasti, un arrastrero de 26 metros de eslora con base en Ondarroa, dio el aviso de la desaparición de uno de sus doce tripulantes hacia las seis de la mañana cuando se percataron de la ausencia del marinero en un cambio de guardia. Manuel, de 56 años, casado y con tres hijos, ocupó su puesto en la sala de máquinas pasada la medianoche, tal y como estaba previsto, pero el compañero que le tenía que relevar en el turno seis horas más tarde ya no le localizó, por lo que se activaron inmediatamente las alertas, informaron Alberto Gorritiberea y Alberto Echaluce.
El centro regional de operaciones de vigilancia y salvamento reclamó ayuda a la Marina Francesa que envió medios aéreos al lugar. En concreto, se movilizaron un helicóptero delfín de servicio público con base en La Rochelle y un avión de vigilancia marítima, el Falcon 50, con base en Lorient-Lann Bihoué, informaron desde la prefectura gala. Sin embargo, tras varias horas de vuelo, ninguno de los dos aparatos encontró pistas para localizar al marinero. La búsqueda se mantuvo activa durante toda la tarde, hasta que las condiciones de luz hicieron imposible continuar con el rastreo. El Lasti también decidió dejar la zona y regresar a puerto, indicaron las autoridades galas.
El pesquero, que se dedica a la merluza, salió del puerto de Ondarroa, donde tiene su base, el pasado jueves para faenar a unas 150 millas al norte, en pleno Golfo de Vizcaya. El barco, de la empresa armadora Lagun Talde S.A., tenía intención de regresar al muelle durante esta semana para descargar las capturas. Según los datos del censo de la flota pesquera del Ministerio de Pesca, el Lasti tuvo matrícula en Vigo, pero fue vendido años más tarde a la armadora vasca Lagun Talde.
Cuando ocurrieron los hechos, el barco se encontraba pescando «en una posición estable», indicó la prefectura francesa, por lo que en principio se descarta que la desaparición de Manuel Goenaga se pueda deber a un golpe de mar, aunque todas las hipótesis siguen abiertas. El arrantzale guipuzcoano forma parte de una tripulación de seis marineros vascos, cuatro senegaleses, un portugués y un ciudadano marroquí, según datos citados por Europa Press. El desaparecido era un hombre con varios años de experiencia en la mar. Aunque residente en Tolosa, el suceso conmocionó a los vecinos de Ondarroa y Mutriku, dos pueblos de intensa raigambre marinera.
En el recuerdo
La desaparición de Manuel Goenaga trae al recuerdo otras tragedias marítimas. En Gipuzkoa, dos tripulaciones enteras, la del Carreira y la del Marero, no volvieron jamás a puerto. El 20 de diciembre de 1998 ocho tripulantes del pesquero pasaitarra Marero fallecieron tras el naufragio del buque cuando faenaba en aguas del Golfo de Vizcaya. Los arran-tzales se vieron sorprendidos por un inesperado y virulento temporal. Dos años antes, en enero de 1996, el pesquero Carreira, con base también en el puerto de Pasajes, desapareció en la zona de Gran Sol, sin dejar rastro alguno. A bordo del buque se encontraban diez personas. Sobre las causas del siniestro nada se supo y se barajó la posibilidad de que hubiera sido embestido por un mercante de grandes dimensiones.