- ¿Cómo han evolucionado las sanciones penales?
- Ha habido una mejor respuesta en las sanciones administrativas en los últimos años, pero también en el ámbito penal. Hemos pasado de 350 edictos de sanción del ministerio fiscal en 2006 a 885 en 2009 y proporcionalmente ha aumentado el número de sentencias de los juzgados de lo penal y de las audiencias provinciales. Estamos en tiempo de cambio. Observo un cambio de actitud general que supone una mayor ocupación por estos temas y una profundización en la cultura de la prevención, que es el auténtico antídoto ante la proliferación de accidentes laborales, que siguen siendo excesivos en una sociedad con nuestro nivel de desarrollo.
- ¿Terminan todos los casos que deberían en sanción penal?
-Partíamos de una sensación de impunidad en la que se pensaba que el mero resarcimiento del daño, la indemnización civil, era suficiente para excluir la responsabilidad penal. Los fiscales estamos empeñados en que cuando estemos ante la presencia de una infracción penal se llegue hasta las últimas consecuencias y que la indemnización no sea una vía de conseguir el archivo de un procedimiento penal.
- Las enfermedades profesionales han sido la hermana pobre de la prevención de riesgos laborales. ¿Todavía queda mucho por hacer?
- El problema de las enfermedades profesionales es que al desarrollarse en un periodo de tiempo largo a veces es difícil establecer la relación de causa efecto de determinadas conductas y personas. Pero en estos últimos años, a instancias de la Inspección de Trabajo y de los Servicios Autonómicos, se están iniciando muchos procedimientos. Pero es un capítulo que tenemos todavía pendiente y que presenta dificultades técnicas para encajarlo en las previsiones del código penal, que tratamos de superar.
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Fuente: Fraternidad.com